ZARA Y EL LIBRERO DE BAGDAD de Fernando Marías

Editorial: SM; Colección: Gran Angular; Madrid 2008. Nº Págs.: 256

Narrativa. Tema: La amistad y la solidaridad 

LECTURA RECOMENDADA PARA: 13-14 años (lector: LAZARILLO) 3º y 4º de ESO

Materia: Ciencias Sociales y Ética

RESUMEN: Un simple mensaje en el correo electrónico saca de la apatía veraniega de Madrid a un escritor solitario, y le coloca en una encrucijada vital. Dos vidas al límite se cruzan con su rutina en solo veinticuatro horas: un anciano enigmático Max con el que se cita en el cementerio de la Florida para pasarle un curioso manuscrito y una niña silenciosa Zara, la sobrina de su vecino de rellano Waleed, que junto a su padre huye de la guerra de Irak perseguidos por un asesino profesional. Vidas tremendas, historias amargas que superan con creces las de su imaginación, destinos sin control que sacudirán la monótona vida del narrador protagonista que le harán tomar decisiones sorprendentes.

INTERÉS Y POSIBILIDADES DIDÁCTICAS

 ØEste libro trata de: un delicado alegato contra la guerra, recuerda dos conflictos bélicos con 60 años de diferencia (la Guerra Civil española y la Guerra de Irak) para alertar sobre la necesidad de no repetir lo peor de la Historia, además de poner el acento sobre valores como la amistad, la solidaridad o la empatía.

ØPone el acento en la fuerza de la amistad desinteresada y la solidaridad con los que sufren. Un libro para pensar. La literatura como punto de encuentro entre Barcelona y Bagdad.

INICIO DEL LIBRO:

Es mentira que los muertos mueran cuando mueren. A veces les alarga la vida el amor.

En tales ocasiones, los muertos, tras morir, perviven en el corazón de quienes los amaron y los recuerdan, que se convierten así en espejo temporal de su  memoria sobre la tierra, en eco emocional de sus espíritus, que rebota frágil y desesperanzado, pero vivo, contra las paredes de piedra del olvido.

Si fuiste amado, los latidos de tu corazón ya intangible se alargarán como sombras de caminante solitario que busca regresar a casa antes de que se cierna la noche.

Si amaste, vivirás. No para siempre, porque el ser humano es incompatible con la magnitud de esa palabra, pero sí más allá de tu propia muerte.