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EL GUARDIAN ENTRE EL CENTENO DE J. D. Salinger

Editorial: Alianza Editorial; Colección: El libro de bolsillo. Literatura. Madrid, 2001

Nº Págs.: 226. Narrativa

LECTURA RECOMENDADA PARA: 16-17 AÑOS (Lector  DELIBES)1º Bachillerato

RESUMENEl guardián entre el centeno narra las experiencias de Holden Caulfield en la ciudad de Nueva York. Holden es un muchacho que ha sido expulsado de cuatro colegios, y la novela se centra en los días siguientes a la expulsión del internado de “Pencey”, último centro del que ha sido echado. Alojado en un hotel de Nueva York, Holden irá viviendo diversas experiencias en torno al sexo, la amistad y la soledad. En el fondo de su alma Holden es un solitario que ha perdido la confianza en las personas que le rodean. Sólo el contacto con Phoebe, su hermana menor de diez años, parece aferrarle a la realidad. A ella le contará, después de que ésta le reproche que no le guste nada y que no sepa lo que quiere ser de mayor, que su sueño es estar en un campo de centeno al borde de un precipicio. El campo está lleno de miles de niños jugando y él evitaría que ellos caigan al abismo. Él sería el guardián entre el centeno. A medida que Holden narra su historia nos va sugiriendo que se encuentra en un hospital psiquiátrico, si bien no lo desvela claramente.

INTERÉS Y POSIBILIDADES DIDÁCTICAS 

ØEs una novela que fue criticada por el uso de un lenguaje ofensivo y por sus referencias a las drogas, al alcohol y a la prostitución. 

La razón por la que esta obra sigue vigente (publicada en 1951) es que logra introducirnos en el mundo de una vida solitaria y extrema. Nos muestra una visión de la realidad de una persona que ha perdido la confianza y el agrado por las personas que le rodean y la sociedad en general. Hay velada ahí una crítica a la sociedad. El protagonista no es un desarraigado absoluto: el cariño hacia su hermana permanece y le hace incluso cambiar de conducta.

INICIO DEL LIBRO:

Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso. Primero porque es una lata, y, segundo, porque a mis padres les daría un ataque si yo me pusiera aquí a hablarles de su vida privada. Para esas cosas son muy especiales, sobre todo mi padre. Son buena gente, no digo que no, pero a quisquillosos no hay quienes les gane. Además, no crena que voy a contarles mi autobiografía con pelos y señales. Sólo voy a hablarles de una cosa de locos que pasó durante las Navidades pasadas…

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