EL MEDALLÓN DEL ARCONTE de Anne-laure Bondoux

Editorial:Destino;  Colección: La isla del tiempo, Madrid, 2006. Nº Págs.: 480

Narrativa. Tema: Aventuras y maduración personal

LECTURA RECOMENDADA PARA: 12-14 años (SALGARI). Curso: 1º y 2º de ESO

Materia: Ética y Literatura de viajes.

RESUMEN: El naufragio que sufre Malva, la joven heredera de Galnicia, al intentar escapar de un matrimonio por conveniencia es sólo el principio de un viaje iniciático, lleno de aventuras, que cambiarán su forma de ser para siempre. Conseguir la libertad y hacer realidad sus sueños tiene un precio: enfrentarse a los propios miedos y a los deseos más profundos. Esto lo descubrirá en una misteriosa isla junto a otras personas variopintas, cuando una extraña dama llamada Catabea le informe que la única manera de salir de allí con vida es superar una prueba que ha sido concebida, especialmente, para cada uno de ellos.

INTERÉS Y POSIBILIDADES DIDÁCTICAS:

- La maduración personal a través de la experiencia: una de las lecciones más frecuentes del destino es saber que, para alcanzar ciertos objetivos, es necesario superar ciertas pruebas, como si la vida nos entrenara para valorar y disfrutar de lo conseguido. Este camino es personal, como demuestra la misteriosa Catabea. En el caso de Malva, si no hubiera pasado por toda su aventura: ¿sería igual de juiciosa?, ¿hubiera podido gobernar Galnicia de la misma manera? Posiblemente, no.

- La persecución de los sueños: todos los personajes de la novela guardan un tesoro: sus propios sueños. A veces, se cumplen, y otras... también, aunque su precio es demasiado alto.

INICIO DEL LIBRO

Al norte, los muros de la Ciudadela se elevaban a una altura vertiginosa. Coronando el  peñasco, recordaban a una rapaz al acecho, desplegando sus torres y sus alas por encima del valle, proyectando su sombra grandiosa sobre las tranquilas aguas del río Gdavir. En otros tiempos, los invasores llegados de Dunbraven y del reino de Norj fracasaban ante estas murallas: guerreros y monturas encontraban aquí su fin, y el río Gdavir arrastraba durante meses cascos, armaduras y cadáveres de hombres y de animales.